lunes, 9 de septiembre de 2013

IRRESPETO A LO LEGISLADO

Por: Martha Beatriz Roque Cabello


La joven Jenislaidys González Michelena, acudió a la 11na. Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), cuando se enteró que habían detenido a su esposo. Ella vive en C # 7647 e/ 1ra y 5ta., Reparto Luyanó Moderno, San Miguel del Padrón, La Habana. En sus brazos llevaba su bebé de 3 meses de nacido. Ella tiene retraso mental y actúa -en ocasiones- de forma diferenciada, cuando se encuentra bajo stress.

La policía quiso que se retirara, pero Jenislaidys no hacía caso, e incumpliendo lo establecido, un oficial la haló por el brazo donde tenía recostada la niña, al extremo de tener que actuar con rapidez, pues se le caía. Discutió con el miembro de la fuerza que llevaba el número 08548, pero finalmente la sacaron de la Unidad, sin permitirle hacer una denuncia contra él.

Llegó a la casa llorando de forma inconsolable y su hermana Juliet Michelena Díaz, conjuntamente con el esposo de ésta, José Antonio Sieres Ramallo, fueron al establecimiento policial a reclamar lo sucedido. Ambos son miembros de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios. Allí no les permitieron –prácticamente- ni hablar, negaron los hechos y les dijeron que no habría denuncia. Ambos pudieron presenciar cuando otro policía, con chapa 08577,  hizo lo mismo con una mujer que se encontraba dentro del Salón de Espera, por lo que se convierte en una práctica de los que allí trabajan.

A un llamado de este matrimonio, miembros de la Red fuimos a apoyarlo, ya que es un derecho ciudadano, contemplado en la Ley de Procedimiento Penal, el poder denunciar. Allí acudimos un total de 22 personas, con el respaldo de varios miembros del Movimiento Democrático Unido de la provincia de Artemisa.

Un oficial que dijo ser el Superior de Guardia, con grados de 1er. Teniente y chapa 08561, manifestó que no había denuncia que hacer, ya que el policía había cumplido con su deber conduciéndola y que tenía muchos testigos, además el Jefe de la PNR municipal, había ordenado que no se le tomara declaración.

Por espacio de más de tres horas el grupo estuvo sentado en unos bancos a pocos metros de la Unidad Policial, detectándose un fuerte despliegue de autos patrullas y un camión con miembros de la Brigada Especial; posteriormente fue contactado por un Teniente Coronel, con chapa 08750, que dijo ser el Segundo Jefe de la Unidad y explicó había un error, que ellos estaban en la mejor disposición de cumplir con lo establecido en la Ley, que nos retiráramos y en la mañana del día siguiente fuera la aquejada a levantar la denuncia.

La respuesta fue que nadie se movía de allí hasta que hicieran sus declaraciones la hermana y el cuñado de la afectada. Él accedió y después de más de hora y media hubo que volver a preguntar por el carpeta que iba a tomar la denuncia. Se presentó nuevamente el Teniente Coronel y dijo que ya había dado la orden, pero que no le hacían caso. La anarquía total en una Unidad Militar.

Finalmente, se tomaron los dos testimonios, el de la hermana y el cuñado, y nos retiramos del lugar, no sin antes haber dado ¡Vivas! a los Derechos Humanos.

Fue una victoria de la resistencia pacífica que se permitiera hacer la denuncia. Por todos es conocido que la policía golpea a ciudadanos inocentes y también a disidentes y después los encausa, por cualquier tipo de delito como si ellos hubieran sido los agresores. La corrupción policial es uno de los males mayores que tiene el sistema en estos momentos, pero permitiéndola se mantiene.

La Habana, 7 de setiembre de 2013.