Por: Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia
El espacio colindante a la cafetería, con entrada por la calle Fomento, era el comedor comunitario donde se ofrecía comida a ancianos necesitados. Al declarar el lugar peligroso por la posibilidad de derrumbe transfirieron el comedor para la juguera que está situada en Vía Blanca entre Parque y Recreo, en el mismo municipio, proponiéndoles a los ancianos el traslado temporal para ese lugar; lo que para muchos resultó un caos por ser difícil llegar hasta allí, por causa de sus padecimientos y enfermedades.
El lugar ha permanecido en el olvido durante varios meses, la destrucción se ha apoderado de él, sus columnas tienen grietas y rajaduras, su techo podría resultar otra de las maravillas del mundo imitando a los Jardines Colgantes de Babilonia, con frondosas plantas creciendo encima. En sus puertas quedan pocos cristales sanos.
El portal lleno de petróleo, sirve de entretenimiento a los niños, los que juegan a mojar sus manos yescribir sus nombres en la acera, sin percibir el grado de peligrosidad que esto representa. La irresponsabilidad se aprecia, el Estado no se ha encargado de colocar carteles o poner obstáculos que impidan tener acceso -incluso a la acera- ya que es evidente el riesgo de caminar cerca de construcciones a punto de desplomarse.
18 de marzo de 2014.