Manolo comenta: “Desde niño conocí el gran orgullo que sentía la población por esta fábrica, formaba parte de la identidad del pueblo, era el edificio más alto de la villa, siempre bien cuidado y pintado. La producción abastecía todo el país. Generaba cientos de empleos bien remunerados que propiciaban bienestar económico a los trabajadores”.
Agrega: “La fábrica cerró hace más de 10 años, quedando en locales secundarios al edificio principal, la producción de otros productos, reduciéndose significativamente la plantilla laboral. Hubo comentarios de que iban a aprovechar esta magnífica instalación, adaptándola para la fabricación de cervezas, alcoholes, refrescos, etc. Sin embargo en realidad sus equipos fueron desactivados y utilizados como materia prima para la industria metalúrgica. Es lamentable el estado de total abandono que tiene esta fábrica, ya no es bonita, ya no está cuidada y pintada, ya no es la gran fuente de empleo de antes y lo que más me impresiona es que está pasando al olvido”.
Concluye Manolo: “Ahí tenemos al edificio, esperando ser rescatado o que se destruya totalmente. Quisiéramos que suceda lo primero, para bien de todos”.
Provincia Habana, 19 de agosto de 2009.