Alega además María Álvarez, vecina de la calle 6, quien era clienta de este lugar, que toda la situación fue debido a una gran irresponsabilidad, pues el dependiente reportó con anterioridad a la Zona de Comercio un posible corto circuito eléctrico, a éste no se le prestó atención. Así fue, como en el mes de octubre del pasado año, ocurrió el pronosticado incendio, el cual además afectó a una vivienda que se encuentra al lado. Este incidente fue hace diez meses y ante la falta de presupuesto de comercio, decidieron pasarla en ese mismo estado a abandono a la Empresa Pan y Dulce, la cual tampoco se ha hecho responsable de la reconstrucción del local.
El producto final de toda esta cadena de falta de atención y dejadez, no es más que la afectación a los consumidores de este lugar, ya que ahora tienen que desplazarse a otra bodega que se encuentra más alejada de sus viviendas.
Ciudad de La Habana, 19 de agosto de 2009.