Los moradores de los alrededores del parque José Martí, sito en calle 8 entre 9 y 11, en Santiago de las Vegas, manifiestan su preocupación por lo que allí esta sucediendo, sobre todo en las noches de los fines de semana, donde se reúnen casi siempre grupos de jóvenes en horas de la madrugada para pasar las borracheras, entre otras cosas, pues también hay sexo, peleas entre pandillas del lugar, escándalos, malas palabras y sobre todo deteriorar más “el viejo parque” como se le conoce por los lugareños.
Según Berto Pérez, un ex guarda parque, éste fue reparado hace aproximadamente unos seis meses. Además de pintarlo y remozarlo completamente, se contrató personal para su cuidado, pero los salarios no cubrían sus expectativas y poco a poco los trabajadores fueron abandonando el empleo, dejando a su suerte el viejo parque.
Cuenta Juana Morales, una vecina de la misma calle, que en horas de la noche da miedo sentarse a coger fresco en el parque, ya que todas las bombillas las rompieron los delincuentes y ahora es una boca de lobo, y se presta para muchas cosas. Explica Juana que no hace mucho tuvo que correr huyendo de un hombre que se masturbaba y la acosaba, pero lo que más lamenta es que no hay presencia policial en el lugar.
A un extremo del parque hay una Iglesia Pentecostal, donde existe un custodio, pero una vez que terminan los cultos, éste se encierra dentro del local y apaga las luces.
Según Juana ellos ya han planteado esta situación al Delegado del Poder Popular de la Circunscripción, para que vuelvan a electrificar el parque, pero duda que así sea, ya que el parque es muy grande y sin iluminación suficiente siempre será un lugar peligroso.