En seguimiento del suceso recién publicado sobre Juan Juan Almeida García, nos ha comunicado lo siguiente: “A veces uno pasa sin querer frente a un espejo lo mira de soslayo y sin entender claramente cuál es la imagen real, si la de aquí o la de allá, si la realidad es el reflejo o el reflejo es la realidad. Y así es como me siento yo, realmente confundido. No entiendo una sola razón, y tampoco me la han dado, por la que el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, mi país, se empeñe en no dejarme salir, al punto de hacerme sufrir, de acallar al Ministro de Salud, a la alta dirección del Ministerio del Interior y hasta a la Asamblea Nacional que es el Parlamento cubano. Eso es un delito claramente tipificado en el Código Penal y hasta en la Constitución”.
“Tampoco entiendo el por qué si los médicos cubanos andan recorriendo el mundo entregando la visión a quienes mirar merecen y sonrisas a todos aquellos que la pobreza arrancó, el Ministro de Salud me pisotea y ni siquiera me da, cumpliendo órdenes o no, el resumen de mi propia historia clínica para la cual me sometí precisamente por órdenes de él a varios exámenes médicos”. “Es por eso que no pienso pisar más un hospital de este país, aunque me desgarre de dolor y de uveítis. Y no es por huelga ni valentía, no, es simplemente por miedo y desconfianza”. “Creo que una persona enferma, como yo, civil y sin secretos, que además de ir al doctor pretenda ver a su familia, no encierra riesgo alguno para la seguridad nacional”
“Mira, la abuelita de mi hija, por la que mucho le pedí al señor Presidente que me dejara salir para poder aunque sea cumplir con mi obligación de padre y consolar el llanto de mi hija, murió hace un par de días en Miami, La Florida. Pero ¿sabes qué sucedió? Nada, así de sencillo, Raúl no lo permitió”. “Caramba, si parecería mentira que en la última conversación amistosa que tuvo ese señor conmigo, hace de esto mucho tiempo, en un cumpleaños de mi padre, después de usar varios chistes, Raúl Castro se me acercó, puso su mano en mi cabeza y dijo: “Oye Juan Juan, mijo, tú no sabes cómo se quiere a un nieto”. “Hoy le puedo responder que no, que yo no sé como se quiere a un nieto porque no los he tenido; pero sí conozco bien cómo un nieto puede querer a una abuela”.
“Y yo no estoy juzgando ni acusando a nadie, pero sí me gustaría que “alguien” me diera una sola explicación, aunque no me convenciera, pero una explicación”. “Ahora bien, ¿tú quieres saber cómo me puedo sentir al haber leído, gracias a la Red cubana de Comunicadores Comunitarios, que el señor Don Teófilo de Luís Rodríguez, Diputado por Madrid del Grupo Parlamentario Popular, se haya interesado en mi caso?” “Por suerte yo puedo decir lo que quiero porque no soy un político, ni tengo que guardar posturas. Y tirándolo un poco a broma, porque ando medio jorobado. Pero después de varios años reuniéndome con personas y escribiendo cartas a aquellos que me conocen desde niño y me han visto padecer mi enfermedad y me han visto con muletas y me han visto acostado en periodos de invalidez, no puedo decir otra cosa: me siento absolutamente decepcionado del gobierno de mi país, del Ministro de Salud, de la jefatura del Ministerio del Interior, del Parlamento Nacional, de mi señor Presidente y de mucha gente mas que prefiero ni mentar”. “Y sí, me gustaría agradecer personalmente al señor Diputado español, me gustaría agradecerle también a todos los que de alguna manera se interesaron en mí, a los medios, a los amigos, a todos, a esa misma Red de Comunicadores y a ti. Pero desgraciadamente, y de esto que te digo prefiero estar equivocado, mi problema no creo que tenga solución por el momento”.