Yadira dice: “Me duele ver como estos animalitos deambulan por las calles y parques del pueblo, desprotegidos, son criaturas maravillosas que merecen la mejor atención de la sociedad, sin embargo parece que nos hemos olvidado de los mismos. Además, es absurdo no ocuparnos de ellos, pues las enfermedades que tienen son un peligro para nosotros”.
Agregó: “Los he visto buscando comida en los basureros de las esquinas, dentro de cafeterías y en otros lugares donde se procesan alimentos. Suelen frecuentar los alrededores de lugares donde se brindan servicios a la población, como policlínicos, la funeraria, el hospital, etc., y en ocasiones se aventuran al interior de éstos.”
“No reciben atención veterinaria y muchos tienen grandes llagas en la piel, que en ocasiones causan verdadero asombro. He sido testigo del maltrato que reciben por algunas personas sin escrúpulos. Los he visto muertos y semi-descompuestos en las orillas de las calles. Yo tengo dos perritos y no los dejo salir solos a la calle, pues tengo conocimiento que existe un personal de Salud Pública, encargado de envenenarlos”.
Quisiera que a esta lamentable situación se le encontrara solución”, concluye la joven de 27 años.
Habana, 5 de agosto de 2009.