Por: José Ramón Ceruto Reyes
El 31 de octubre me encontraba viajando en el tren de Manzanillo con destino a La Habana ypresencié en uno de los habituales registros que realiza la policía, como a un padre con cuatro niños le decomisaban 5 bolsitas de leche en polvo. Este señor que dijo nombrarse Juan Leyva Cabrales,de Brizuela en Trienalillas, Campechuela, transitaba con esta cantidad de leche adelantándose a su familia que posteriormente viajaría para tramites de tipo médico, pues sus cuatro hijos son enfermizos, tienen edades de 4, 3, 2 años y el más pequeño de sólo 9 meses.
Leyva le alegó esto a la policía, incluso le dio el número de su libreta de racionamiento y de labodega donde adquiere los productos de la canasta básica, pero nada de ello sirvió, solo le dierontres días para regresar a la Provincia Granma y volver a la Habana para la reclamación.
Esto se le hizo imposible a Leyva, por no tener dinero ni facilidad de transporte; por lo tanto perdióinjustamente la leche tan vital para la alimentación de sus niños.
El hecho se relaciona con otro que sucedió 3 días antes. Un joven al pasar frente a mi vivienda sita en Carretera Central No. 35 entre 1er. Salao y Circunvalación, Manzanillo; cayó súbitamente al suelo, se encontraba sudoroso y empezó a convulsionar, fue auxiliado y trasladado al hospital provincial Celia Sánchez Manduley, donde le administraron una venoclisis con dextrosa por un cuadro hipo glucémico. Al recuperarse dijo llamarse Reynier Pompas Rodríguez, con 23 años de edad y vecino del Reparto Nuevo Manzanillo; explicó esto le había ocurrido por no haber ingerido alimentos en todo el día, pues en su casa su familia no tenía nada para comer.
Manzanillo, 14 de noviembre de 2013.