Por: Arnaldo Ramos Lauzurique
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Marx dijo, refiriéndose al golpe de estado de Luis Bonaparte que remedaba la figura de Napoleón, que era cierto que la historia se repetía, pero una vez como tragedia y otra como comedia. Eso se puede aplicar a lo que sucede en Cuba, con el azúcar.
Cuarenta y cinco años después de la zafra azucarera de 1970, cuando ocurrió el fracaso de no producir 10 millones de toneladas de azúcar, a pesar de las consignas y la total dedicación a la actividad. Para los de aquella generación de trabajadores, queda guardado en sus memorias el escéptico, un personaje televisivo que decía que no y la respuesta que le daban era: “los 10 millones van y de que van, van”.
Ahora se pretende reactivar los niveles dejados atrás hace más de 18 años y lograr 3 millones de toneladas de azúcar en la zafra 2017-18(1). Lo que pasa que es una hazaña que deberá lograrse con 100 centrales azucareros menos, Esa La hazaña deberá lograrse con 100 centrales menos, que al desactivarse sufrieron un canibalesco uso de sus piezas para evitar importaciones. Pero tan grave fue también el hecho de que se desviaron de ese sector 100 mil trabajadores capacitados, difíciles de recuperar en su mayoría, así como de trasladar sus experiencias a las generaciones más jóvenes.
Cuando se llevó a cabo este disparate económico, se dictó la llamada “Tarea Álvaro Reynoso” para producir 4 millones de toneladas -con 12% de rendimiento industrial- que nunca se logró. En todos esos años, por lo regular no se pasó de 1,4 millones de toneladas y los rendimientos industriales fueron algo mayores del 10%.
La zafra 2013-14 ha sido la más exitosa de estas dos décadas con 1,588 mil toneladas, pero con solamente 9,48% de rendimiento industrial, pero se había planificado un crecimiento de un 22% y solo se alcanzó un 9,7%.
En la actual zafra se prevé alcanzar 1,9 millones de toneladas con un crecimiento del 23%, pero para lograrlo, habría que moler hasta por lo menos en la primera decena de mayo, si las lluvias lo permiten.
Si esto se cumpliera para alcanzar los objetivos de 3 millones, habría que tener un crecimiento anual de un 24%, algo que parece difícil de lograr. Pero si se llegan a alcanzar estos niveles se podrían exportar unos 2 millones de toneladas, en el año 2018, con casi 900 millones de dólares –a los precios promedios de comportamiento- pero la industria azucarera, seguiría estando por debajo del turismo, el níquel, los ingresos por servicios y las remesas, por lo que se mantendría como un sector de quinta categoría.
Aun así, de poco serviría cumplir ese plan si no se logran niveles de crecimiento sostenidos de producción, y no pasa como después de la zafra de 1970 cuando éstos estuvieron deprimidos por más de 10 años.
(1)Periódico Juventud Rebelde 18.12.14.