Por: Danaisi Muñoz López.
En el hospital Miguel Enríquez, en esta capital, la atención al paciente es pésima, no hay camilleros y si los que encuentras te maltratan con gestos y palabras.
Graciela Ramírez López, acompañante de una enferma, al entrar a dicho hospital tuvo que hacer la función de auxiliar, porque Ariel quien era el camillero que estaba encargado, en una parte del trayecto abandonó a la paciente para atender a otra persona que le pagó por sus servicios. Alreclamarle Graciela, la trató ásperamente, justificándose con el hecho de que el personal estaba escaso en el hospital; pero le dio a entender -con gestos- que si no pagaba no le haría caso.
Graciela indignada y con falta de tiempo pues su pariente requería de urgencia, no le quedó más remedio que trasladar la camilla ella misma, por todos los lugares que los médicos le indicaron.
La Habana, 30 de marzo de 2014.