Por: Rodrigo Alberto Rodríguez Verdecia.
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En el Consejo Popular San Diego, del municipio Bahía Honda, actual provincia Artemisa sus habitantes dicen que se puede encontrar el fin del mundo. Así explicó una lugareña que día tras día está obligada a caminar por el pueblecito ya que vive en él:
“El transporte es pésimo, casi inexistente y muchas veces hay que caminar por la carretera desde el entronque como se le conoce hasta el pueblo bajo el sol y cuando es de noche y hay que atravesar la calle, nos exponemos a infinitos peligros porque no hay iluminación”.
“Acá en el pueblo no tenemos una tienda en divisas que aunque no sea la moneda con la que nos pagan; en ocasiones es el único lugar donde encontramos artículos de primera necesidad. No tenemos ni cine, ni teatro y por no dejar de tener no existe ni una funeraria donde velar por el descanso eterno de nuestros difuntos”.
“Somos un pueblo inmerso en las aguas del olvido. Nuestros hogares son fruto del esfuerzo propio, nadie se ocupa de nuestros hogares y estamos obligados a vivir como podamos, hay muchas casassin techos y en mal estado; la mayoría son de madera y tienen el piso de tierra. Parece mentira que estemos en el siglo XXI y continuemos viviendo como aborígenes”.
Artemisa, 30 de marzo de 2014.