miércoles, 14 de octubre de 2015

LA AUSENCIA DE DICCIONARIOS EN LAS LIBRERÍAS

Por: Bárbara Fernández Barrera

Teléfono: 58365937

 


Los diccionarios constituyen un instrumento fundamental en el aprendizaje y son necesarios, incluso para mantenerlos en la casa, después de haber terminada el proceso docente; sin embargo  la ausencia de este importante libro -entre los que se venden en las librerías del país- no se puede dejar pasar por alto.

 

En la actualidad, 3 generaciones hablan con asombrosos disparates, que también son fáciles de percibir en las redes sociales. Pero es lastimoso tener que explicar que la ausencia de diccionarios ha contribuido a que esto sea así.

 

Desde los grados primarios se debe enseñar a usar el diccionario, de esta forma se contribuye a que los educandos aprendan ortografía, e incluso aumenten su léxico. Se puede constatar que los niños y los adolescentes -de estos momentos- no saben cómo buscar una palabra en el diccionario y si la encuentran, ignoran lo que quieren decir las siglas que acompañan la acepción. Pero esto también sucede con muchas personas adultas e incluso universitarias.

 

Un ejemplo de la ausencia de venta de diccionarios, está en la librería Punto y Coma, del municipio artemiseño de San Antonio de los Baños; en la cual -hace años- no se comercializa un diccionario de la lengua española, ni tampoco de cualquier otro idioma.

 

En las Ferias del Libro, que cada año se celebran en Cuba, no se ponen a la venta reediciones de diccionarios, sobre todo de aquellos que pueden ser fácilmente manejados por estudiantes de primaria y secundaria, como son el Cervantesel Aristos, o un pequeño diccionario muy elemental de doce mil palabras, todos muy cómodos para niños y adolescentes.

 

En algunas ocasiones, en librerías como la Moderna Poesía, en el municipio Habana Vieja, en la capital, se puede adquirir en divisas, pero a precios no accesibles para el bolsillo del cubano promedio, algunos sobrepasan los 20 cuc (dólares)

 

Es posible afirmar que es alarmante el mal dominio que existe actualmente  del lenguaje en nuestro país, términos mal empleados e innumerables disparates; sin contar la cívica al hablar con palabras obscenas. Si el régimen sabe que la casi totalidad de los niños y jóvenes, desconocen cómo utilizar un diccionario, por no ser motivos de estudios en las escuelas; debería considerarlo como algo preocupante en la enseñanza, que se está revirtiendo –incluso- desde hace tiempo en la educación formal. Se debe comprende que no se trata de un lujo, sino de una necesidad.

 

 

Artemisa 13 de octubre de 2015.