Por. Tania de la Torre Montesino
En la segunda decena de mayo se presentó en mi casa el ciudadano Miguel Aguilar Arias, alias “El León”, de 61 años de edad y vecino de Ave. de Céspedes No.105 entre 11 y 12, Reparto Vázquez, en Manzanillo, provincia Granma. Dado que conocía mi trabajo como miembro de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, el objetivo de su visita fue el colocar en Internet una noticia sobre su situación laboral.
Explicó el maltrato que sufre en la base de taxis a la que pertenece y se le recogieron los datos que me adjuntó, para luego verificar y procesar la información brindada, cómo exige nuestra agencia de prensa. Pero no tuvimos necesidad de hacerlo, ya que solo unos días después, me llamó 3 veces seguidas al teléfono fijo, sin saber cómo lo averiguó, aunque siempre nos imaginamos la fuente.
En la primera llamada me comunicó que había recibido una citación oficial de la Seguridad del Estado para el municipio de Yara. La segunda vez me informó que estaba preso en la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria de esa localidad; y en su última llamada el tono fue muy diferente, me dijo que lo había engañado porque le había dicho que era de los derechos humanos y sin embargo yo era una terrorista, mercenaria que escribía para los americanos, incluso me amenazó para que no publicara lo que me había contado, porque me acusaría de difamación.
El domingo 17 de mayo, a las 6 am, sentí que tocaron fuertemente a la puerta de mi vivienda,siempre que esto sucede, los moradores piensan en una mala noticia. Cuando abrí la ventana, allí estaba Miguel, amenazándome nuevamente que si publicaba su noticia me acusaría por difamación y con los acostumbrados métodos de la policía política gritándome entre otras groserías: ¡Terrorista!
Hace pocos días el director de un Blog de Medicina, que publicó una noticia elaborada por mí, me alertaba que el médico vinculado a esta información, que salió a la luz el 5 de febrero próximo pasado, de nombre Manuel José Pérez Chávez, se encontraba en Miami y había escrito en los comentarios de la noticia, que era incierta porque él no trabajaba en el hospital desde noviembre de 2014; y repitió lo mismo que Miguel: “la voy a acusar de difamación”. No obstante, la persona que ofreció la reseña con la que se elaboró esta noticia, también entregó documentos firmados por el galeno, en el que aparece el cuño médico de su registro profesional, que fueron publicados junto con el caso.
No hay dudas que el régimen está molesto con los reportes que se hacen desde todo el país, que reflejan la crítica situación social que tienen en estos momentos los cubanos, y para tratar de evitar que esto suceda, utilizan diferentes métodos intentando acallar la prensa independiente.
Cualquier procedimiento es bueno, lo que pasa es que ya son las mismas prácticas viejas, obsoletas, igual que el régimen y se conocen muy bien. Este ciudadano Miguel Aguilar Arias, acudió a mi vivienda sin yo llamarlo, planteó su problema y después arma todo este espectáculo, no es necesario comentar más nada.
Responsabilizo a la policía política por lo que pudiera pasar en mi casa, a mi persona e incluso a mi familia. Pero lo más importante es, que quede claro, que no dejaremos de seguir informando y contactando con el pueblo, para que se conozca la realidad que vive el país.
Manzanillo, 21 de mayo de 2015.