miércoles, 30 de diciembre de 2015

EL ESPÍRITU DE LA NAVIDAD EN CUBA

¿Lo habremos olvidado completamente?

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(Foto tomada de internet)

LA HABANA, Cuba.- En la mayoría de los países del mundo en los que se practica el cristianismo, estos son días en los que existe un gran espíritu navideño. No es así en Cuba, aunque en estos momentos –y gracias a la visita del Papa Juan Pablo II a fines de los años 90– está permitida su celebración.

Al parecer, el espíritu navideño es burlón y no ha querido hacerse sentir. La situación social, económica y política es bien complicada en la Isla, y todos estos factores unidos hacen que no se haya visto mucho la intención de celebración familiar que trae aparejada esta época. Aunque sí se puede destacar que han aumentado los asaltos callejeros y los robos en las casas.

Personajes tan legendarios como Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás, han sido prácticamente borrados de un solo plumazo de la historia de las celebraciones en el país; aunque se mantiene un poco el día de la Epifanía del Señor, conocido como Los Reyes Magos.

Todo se complica por el nivel económico tan bajo que tiene nuestra sociedad, si se compara con los precios de los productos en las tiendas en divisa; por ejemplo, una bicicleta cuesta casi 10 veces el salario mensual promedio, de unos 20 CUC (equivalentes a dólares), y en general todos los juguetes son caros. Las familias no pueden darse el lujo de gastar sus recursos económicos en adquirirlos, porque fuera de sus posibilidades ya están artículos de primera necesidad como la comida, la ropa o los zapatos para los niños.

El resultado, para los más chicos, que deberían reflejar ese espíritu navideño, es la recepción de las angustias que le trasladan los padres, quienes no pueden satisfacer sus necesidades infantiles.

Recuerdo que en la década de los años 50 del siglo pasado, para los niños era un paseo salir de noche a ver las tiendas, adornadas en esta época con alegorías navideñas y muchas luces y colores. Tras los cristales se exhibían los juguetes que luego los niños se encargarían de pedir en una carta a Melchor, Gaspar y Baltazar, los tres Reyes Magos. Y pienso que los tiempos cambian, pero estas ilusiones infantiles mantenían a los niños dentro de sus edades, lo que hoy es muy difícil de encontrar por el adoctrinamiento en las escuelas y la falta de autoridad de la familia sobre la formación social de los infantes.

Tampoco es tan usual, en la actualidad, ver en las casas los arbolitos de Navidad con sus correspondientes adornos y luces. El costo es imposible, por ser en divisas y sumamente elevado. Cualquier adorno de este tipo de un metro y medio de alto merodea los 100 CUC; sin contar con que también son caras las bolas, las guirnaldas o cualquier otro tipo de aditamento que quiera ponérsele.

Poco recuerda nuestra sociedad del Día de los Inocentes, el 28 de diciembre, fecha en la que antes se solían gastar bromas –en particular verbales– en las que al final, cuando la persona caía en la trampa, se le decía: “Inocente”.

Durante estos 57 años de dictadura, se han perdido numerosas tradiciones en el país, sobre todo aquellas culturales que se trasladaban de generación en generación; sin dejar de contar las que el propio régimen ha suspendido por considerarlas en contra de su formación ideológica.

Sin embargo, los cubanos en el exilio sienten gran nostalgia por sus familiares en la isla, cuando alrededor del 24 de diciembre, un día de reunión doméstica, se comían platos muy del cubano: frijoles negros y arroz, yuca, carne de puerco, ensaladas y el postre casero, secreto de la abuela, que iba desde buñuelos hasta un flan de calabaza.

Aunque la Iglesia Católica ha ganado algunos espacios en el país, en mi opinión, gracias a concesiones hechas al régimen para tenerlo contento, todavía no es muy usual la liturgia pascual conocida como Misa de Gallo, que se celebra en la medianoche antes de Navidad y es que aunque se recuperó el 25 de diciembre como día feriado no se ha podido recobrar el espíritu navideño. Por el contrario, el pueblo está lleno de tristeza.