miércoles, 30 de diciembre de 2015

"TEORÍA DE LA PUÑALADA POR LA ESPALDA"

                                                                                                              
Por: Félix Antonio Bonne Carcassés
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La historia ha contado hechos, que después se pueden repetir, como por ejemplo lo sucedido a inicios del año 1918, durante la Primera Guerra Mundial.

A pesar de la derrota de Rusia -que implicó su salida del campo bélico- y la extinción del frente oriental, que permitió al ejército alemán trasladar hacia el occidente las tropas que allí operaban, junto a las que quedaban del Imperio Austro Húngaro; los soldados de la "Entente" (constituida por Francia, Inglaterra e Italia)  y la incorporación de los Estados Unidos de América, con casi 2 millones de hombres, al mando del general Pershing; acciones que incluso fueron acompañadas de la decisión de incorporarse al bando de las tropas aliadas, de la hasta entonces irresoluta Rumania; formaron un escenario en el que se hizo evidente, que estaba muy clara la derrota de Alemania. Todo sería cuestión de tiempo, y no de mucho tiempo, sino más bien de poco tiempo

Los sagaces militares alemanes, se dieron cuenta de lo que sucedía;  y sus principales jefes, Hindenburg y Ludendorff, verdaderas eminencias del arte de la “Guerra Relámpago”, vieron la necesidad de preservar el prestigio del ejército alemán, de la derrota que se avecinaba.

Así las cosas le plantearon al Káiser Guillermo II, lo que dio por llamarse: "Teoría de la puñalada por la espalda", y lanzaron una campaña mediática, con el objetivo de librar al ejército alemán de la responsabilidad de la derrota. De esta forma se haría ver que el fracaso se debía a los sindicatos, a los pacifistas y a los miembros del incipiente grupo Espartaco, de tendencias marxistas y cuyos líderes eran en aquel entonces: Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, que luego serían ejecutados. 

El Káiser Guillermo II aceptó. La paz fue firmada, la figura política de Hindenburg cobró grandes proporciones, lo que lo llevó a la presidencia en 1925 de la llamada "República de Weimar" en Alemania, y al posterior apadrinamiento a principios de la década del 30, del Partido Nacional Socialista Alemán -nazi- y a su líder Adolfo Hitler.

En nuestros días, también se han sucedido una serie de hechos luego del inicio del "deshielo" Estados Unidos de América-Cuba, del pasado 17 de diciembre.

Habría que considerar el discurso del secretario de Estado americano John Kerry, en la ceremonia de reapertura de la Embajada, en que planteó que "el problema del embargo es una cuestión de dos vías”; también la avidez manifiesta de numerosas empresas norteamericanas y europeas -que en última instancia- solo patentizan su fe en el futuro próximo, de una vuelta al capitalismo en Cuba.

Están además las visitas a la Isla de Penny Pritzker y Alejandro Mayorkas; secretaria de Comercio y subsecretario de Seguridad Territorial –esta última resultó un tanto enigmática- y aún a despecho el recibimiento por la viceprimer ministra china Liu Yandong; del hijo de Fidel Castro, conocido como Fidelito, Físico Nuclear que funge -según informaciones del Global Times- como Asesor Presidencial para Asuntos Científicos.

Habría que añadir, el catastrófico escenario económico actual del benefactor venezolano, que prestigiosos economistas internacionales, dan como inminente su caída; al igual que descendieron los precios del petróleo.

Si hacemos un parangón con la historia, es de suponer que los estrategas político-militares cubanos, estén tratando  de preservar "algo" para el futuro del agonizante proyecto socialista. Ese "algo" a  amparar sin dudas serían los militares y entre ellos –de manera fundamental- los relacionados con la inteligencia

No sé qué tipo de "puñalada por la espalda", justificativa de la posibilidad del derrumbe que se avecina, se tratará de lograr -en la medida de lo posible- para preservar algún prestigio del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR) y el Ministerio del Interior (MININT) cubanos, pero sin lugar a dudas, conociendo cómo ha actuado siempre el régimen, deben estar tramando lo que se pueda, para salvarlos del probable naufragio económico y en consecuencia político en ciernes.

En estos días las especulaciones abundan, debido a la renuncia del General de Cuerpo Ejército, Abelardo Colomé Ibarra (el legendario “Furry”) que según lo expresado por los medios oficiales, fue motivada por enfermedad.

Si volviéramos a los finales de la Primera Guerra Mundial, me pregunto: ¿Qué habría sucedido si el Káiser Guillermo II no hubiese aceptado la propuesta Hindenburg? ¿Lo habría destituido del mando de las tropas alemanas? ¿El ejército alemán habría terminado la guerra lo suficientemente desprestigiado? ¿El grupo Espartaco de Liebknecht y Luxemburgo se habría fortalecido en 1919 y en consecuencia les esperaría un papel protagónico en el futuro de su país? 

También cabría pensar que de haber fracasado la “Teoría de la puñalada por la espalda” hubiera influido en la no ascensión de Hitler al poder. Es evidente que mucho puede especularse de todo lo sucedido en la historia; pero por mi parte intuyo que la nación cubana -es decir los de "adentro" y los de "afuera"-vive momentos trascendentes, ¿se estará escribiendo una nueva teoría? 


La Habana, 3 de noviembre de 2015.