La señora Dayamí Valdés Reyes vecina de Seguí 336 entre San Andrés y Obispo, municipio de Guanabacoa, me hace el siguiente relato:
“Estoy haciendo esta denuncia porque no creo posible que este gobierno diga que es justo, cuando fue capaz de sancionarme a un año de privación de libertad, por el solo hecho de llevar conmigo 8 paqueticos de galleta dulce y venderlos en la puerta de Coppelia.”
“Yo creo que esta ha sido una medida demasiado drástica para una mujer que vive en condiciones muy precarias y teniendo que darle de come a dos hijos pequeños.”
“Ahora mismo estoy operada y sin trabajar ¿de qué vivo? ¿a quién recurro? Esto es una falta de respeto a los derechos humanos de cada persona, y el solo hecho de no tener ninguna libertad de expresión, ya eso es un castigo”.
“Quiero puntualizar que los 8 días que estuve detenida en la Unidad (de la Policía Nacional Revolucionaria) de Zapata y C, en el municipio Plaza de la Revolución, no tuve comunicación alguna con el exterior, sabiendo los carceleros que tengo dos niños una de 3 años y otro de 10, que estaban solos en la calle, sin ninguna atención”.
“Esta situación me mantuvo preocupada, todos esos días y me quitó el apetito, y el Jefe de la Unidad me acusó de ser cabecilla de una huelga de hambre y empezó a llenarme papeles para trasladarme hacia Villa Maristas (sede de la Seguridad del Estado) y allí es cuando me informan que iba a ser sancionada.”
“Ya pasado el juicio y sancionada a 1 año de privación de libertad, el gobierno se compromete a hacerse cargo de la custodia de mis hijos, cosa que no cumplieron, y por lástima una vecina los acogió y les dio protección y comida, hasta que yo cumplí la condena que me impuso este gobierno corrupto.”
Ciudad de La Habana, 20 de mayo de 2010.
Sucesos narrados por la comunicadora comunitaria Yadira Rodríguez Bombino