Caridad y Esperanza
Caridad y Esperanza ya cansadas, se sientan en el contén
Otra vista de los que esperan ómnibus.
Mientras esperaba la ómnibus ruta P3, bajo un tremendo sol, en la calle 11 entre 26 y 24 Vedado, Plaza de la Revolución, salió a relucir en una conversación entre los que aguardaban allí, la noticia publicada en el periódico Granma anunciando los cambios realizados por el gobierno en los Ministerios de Transporte y el Azúcar.
Las hermanas Caridad y Esperanza López, residentes en Micro-10, Alamar, municipio Habana del Este, expresaban su inconformidad con la medida tomada por el Consejo de Estado.
“Yo conozco bien la trayectoria de Lussón Batlle, me dice Caridad, me acuerdo que a él lo “tronaron” (demovido) cuando se desempeñaba como Ministro de Transporte por robar a manos llenas y darse la buena vida, y ahora lo promueven a un cargo superior. Esto te demuestra que ya no tienen a quien poner ni confían en nadie. Mira yo tengo 62 años y no hay quién me haga un cuento de todo este período de la Revolución, ahora me pregunto ¿qué va a arreglar este?, si las guaguas (ómnibus) se están yendo para China de nuevo, Lussón lo que va es a robar más todavía, que es lo único que les interesa a ellos, porque el pueblo ni mencionarlo. Mira para esto, hace una hora estamos esperando la guagua bajo este tremendo sol y calor, y la “China” (ómnibus) no aparece, a lo mejor como el nuevo Ministro también es militar obedecen y pasan más seguido, eso es otra cosa, no se conforman en convertirnos en un pueblo uniformado, que hasta tenemos que pagarles la guerrita de ellos”.
“Pero fíjate -comenta Esperanza- ya nadie quiere trabajar para esta gente, porque reconocen sus errores pero piden su liberación, es que también es muy difícil dirigir en este país, donde todo es malo y solo ellos (Fidel y Raúl Castro) pueden equivocarse que no les pasa nada. ¿Cómo trabajar? Ya no se sabe si lo que estás haciendo es trabajar o pasar trabajo, a decir verdad los cubanos somos los mejores. ¡Qué 50 añitos hemos pasado, de faltas de respeto y descaros! ¡Hasta cuándo será esto caballeros!”
Ciudad de La Habana, 6 de mayo de 2010.
Suceso narrado por el comunicador comunitario Lázaro Yuri Valle Roca