jueves, 25 de marzo de 2010

el comunismo es un principado de Satanás










Desde el año 2003 comenzaron a entrar en Cuba las doctrinas de las iglesias de la “Reforma Apostólica”, son muchas las persecuciones y represiones por parte de las autoridades del Partido Comunista e incluso de la Seguridad del Estado que ha sufrido esta forma de expresión religiosa.

El Apóstol Bernardo de Quesada Salomón, uno de los reformistas más perseguidos en el país informa. “Yo he sufrido persecución desde que soy cristiano, pero cuando fui ungido en Argentina por el apóstol Rony Chávez mi vida cambió para siempre, he sido amenazado de muerte y me prohíben salir del país, todo por predicar el Evangelio de Cristo”.

“A nuestros pastores le han quitado sus viviendas y destruido los templos, todo esto por declarar a los hermanos que el comunismo es un principado de Satanás y que no debemos obediencia a un gobierno enemigo de Dios; dicen que soy agente de la CIA y un mercenario que socaba la moral revolucionaria”

“El mes pasado nos dirigíamos a la ciudad de Camagüey a confraternizar con la Iglesia de ese lugar y oficiales de la Seguridad del Estado nos detuvieron en el camino, obligaron al conductor del camión a que se dirigiera hacia Santa Cruz del Sur y en la Estación Policial nos amenazaron y retuvieron el camión y al conductor, luego nos dirigimos a la sede municipal del PCC, y protagonizamos una protesta para reclamar nuestros derechos de libertad religiosa y que cesen las violaciones a otros derechos que como seres humanos tenemos”.

“A mi hijo de 10 años hemos precisado cambiarlo de escuela, los maestros le decían que su padre era un contrarrevolucionario y otras ofensas que perjudicaban su rendimiento escolar y su integridad sicológica. Otro motivo de persecución es por la publicación de mi libro (En el ojo del Huracán), enseño entre otras cosa que permitir a nuestros hijos decir en las escuelas: “Pioneros por el comunismo seremos como el Che” es una maldición para ellos, es ser un médico mediocre, un asmático toda la vida, mal padre, tener un espíritu de asesino, ser traicionado por los suyos y morir joven como un vagabundo sin Patria; estas no son cualidades que se puedan desear para nuestros hijos. Yo continuaré con mi labor apostólica en Cuba, cada persecución o maltrato hacia nuestros derechos lo denunciaré, si Cristo nos liberó es para ser verdaderamente libres”.