Por: Dr. Santiago Emilio Márquez Frías
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Los medios de comunicación cubanos nos hablan –de manera constante- de la pobreza existente en otros países, pero vemos que por años en comunidades alejadas hay manzanilleros que la sufren y sus reclamos no han sido escuchados por los funcionarios gubernamentales, cuyas respuestas son: “no tenemos materiales de construcción ni ayuda para servicio social” y que ahora se escudan tras el paso del huracán Irma.
En una pequeña comunidad conocida como El Recreo, situada en Manzanillo, provincia Granma, se observan a lo largo de la carretera casas que, dados sus arreglos, los dueños disponen de cierta economía, pero más hacia adentro apreciamos ciudadanos sin recursos económicos, ni apoyo del gobierno como es el caso de la señora Anadieyis Moreno León, de 31 años de edad, madre de cinco niños: Yoannis Moreno León de 12 años, Yonata Sánchez Moreno de 10 años, ambos con retraso mental; y acuden a la escuela especializada Francisco Vicente Aguilera; Yoandris Santana Moreno de 5 años, Nadialis Santana Moreno de 3 años y Ana Yeili Santana Moreno de 2 años,.
La madre de estos niños se encuentra en su último mes de embarazo; cocina con leña, donde en una olla grande prepara el arroz de sus hijos que lo comen en un solo plato por la falta de utensilios. En un cuarto de dos metros de largo y uno de ancho tiene una camita sin colchón donde duermen todos sus hijos y aunque posee contador eléctrico, no tiene luz por falta de bombillas, ni tampoco efectos eléctricos por falta de dinero.
Los trabajadores sociales no la han ayudado, la delegada del Poder Popular, de nombre Ana María, le manifestó que no tenía nada en sus manos para ayudarla. La doctora de este consultorio numero 9 es nueva en el lugar, pero la anterior nunca la visito, dos de sus hijos nacieron bajo de peso: Ana Yeili y Yoandris y ninguno tiene dieta.
La enfermera Xiomara de este consultorio le informó que cuando ella para el bebé que está esperando, no la podrán ligar, pues en el hospital materno Fe del Valle, tienen dificultades con la sutura quirúrgica.
También en la comunidad El Recreo, vive Irene Frías Ortiz, de 30 años de edad, tiene tres niñas con diagnóstico de retraso mental: Gretel, Gleidys y Yolaynis de 14, 12 y 10 años de edad respectivamente, todas de apellidos Torres Frías. Están matriculadas en la escuela especializada Francisco Vicente Aguilera; viven en un pequeño cuarto, carecen de equipos eléctricos, andan descalzos por falta de zapatos y la Delegada de su área, no tiene nada que ofrecerles para palear sus necesidades.
Es por eso que pienso que, si se habla de pobreza, hay que incluir a Cuba, que cada año en vez de reducirse se multiplica.
Manzanillo, 21 de diciembre de 2017