viernes, 8 de febrero de 2013

Carta abierta




La Habana, 31 de enero de 2013
Excmo. Sr. Barack Obama
Presidente de los
Estados Unidos de América.

Señor Presidente:

Respetuosamente nos dirigimos a usted con el fin de buscar solución a la petición hecha por Raúl Castro, de llevar a cabo conversaciones con su gobierno en igualdad de condiciones. Pensamos que para esto pueda llevarse a cabo, deberán ustedes tomar ciertas medidas que permitan equiparar lo que sucede en ambos países en materia de política, economía y sociedad.

Algunos de los cambios necesarios efectuar en su país, con el fin de legitimar el sistema al que ustedes llaman democracia representativa, serían:

- Un solo partido político.
- La hegemonía del Estado sobre los medios de producción y la tierra, por lo que deben desaparecer las transnacionales, las compañías con diferentes tipo de capital asociado y todo lo que sea riqueza personal.
- Supresión de las libertades personales, con el control de las económicas, para que las ciudadanos solo puedan ser trabajadores por cuenta propia y no explotar la mano de obra para enriquecerse.
- Cambio de la forma de llevar a cabo las elecciones, para que el pueblo norteamericano no tenga que elegir, solo marcar con una cruz a todos los propuestos, que serán inmediatamente congresistas y senadores.
- No permitir que haya oposición, en todo momento se le difamará y llamará mercenaria al servicio de Rusia, China o Irán, llevándola a las prisiones por cualquier motivo e incluso maltratándola y golpeándola, no importa que sea una mujer.
- Solo tendrán un medio de prensa oficial, que será a la vez el órgano del partido dominante.
- No preocuparse por el pueblo, solo los dirigentes tendrán derecho a casas, autos, vacaciones, paseos. Mientras menos se le dé a los americanos, más serviles serán.

Le sugerimos, con el mayor de los respetos, discutir con los miembros de su gabinete estos aspectos y trasladarlos a las dos cámaras; ya que algunos de sus honorables miembros ven –al igual que nosotros- una posibilidad de solución a este problema que dura por más de 50 años.

Una vez implantadas estas medidas en su país, tendrán suficiente legitimidad para conversar con el régimen cubano a niveles iguales y no habrá ningún inconveniente para levantar el embargo.

Esperando su atención al particular, agradeciéndole de antemano todo lo que pueda hacer para solucionar este diferendo, le reiteremos que cuenta con el más alto testimonio de nuestra consideración.

Reunión de la Nación Cubana por la Democracia