Lázaro Cazales Ávila, residente en calle G # 14606 entre Caraballo y Bulevar, San Francisco de Paula, Ciudad de La Habana, narra que en marzo del 2008 cancelaron el contrato de trabajo en el Paradero de Ómnibus de Alberro, donde trabajaba como inspector de ómnibus en la cabecera del P-2 en el Vedado.
“El pretexto utilizado por la Administración fue que recibía cinco pesos de pasajeros que esperaban montar para que se les asegurara un asiento para viajar en el ómnibus pues las colas eran enormes y las personas querían irse lo más rápido posible, pero eso yo no lo hacía”
“Sucede que yo le caía mal al jefe del Paradero, llamado Silvestre Alfonso y que solamente dejaba en ese puesto a sus compinches que son fundamentalmente funcionarios del sistema gubernamental”
“Al no pertenecer ni a la Unión de Jóvenes Comunistas ni al Partido Comunista me expulsaron sin tener apelación”
“Sucede que yo le caía mal al jefe del Paradero, llamado Silvestre Alfonso y que solamente dejaba en ese puesto a sus compinches que son fundamentalmente funcionarios del sistema gubernamental”
“Al no pertenecer ni a la Unión de Jóvenes Comunistas ni al Partido Comunista me expulsaron sin tener apelación”
Comunicador Comunitario Reynaldo Echavarría Ávila