En el poblado de Calabazar, municipio Boyeros, en la Avenida 283 entre 116 y 118 se encuentra un almacén de víveres, en el cual se guardan todos los sacos de arroz, azúcar, frijoles, etc., y se trasladan en camiones a las bodegas. Los sacos en muchas ocasiones están mojados, porque el local tiene los techos con huecos y las ventanas no tienen nada que las proteja de la entrada de la lluvia.
El comedor de los trabajadores del almacén, no tiene ventana. El alumbrado es escaso y la entrada al local tiene un portón que no sirve. Todo esto se lo comenta a esta comunicadora la señora Idalmis Ruisánchez Hernández, vecina de la misma dirección.
“¿A quién podemos acudir?”, “¡A nadie le importa!”, “Yo quisiera que esto lo supiera el mundo entero”. Continúa diciendo Idalmis.
“Esta situación –concluye- la conocen los factores principales del centro de trabajo, el Gobierno, el Partido (Comunista de Cuba) y la Juventud (Unión de Jóvenes Comunistas), también en la cuadra lo saben los CDR (Comités de Defensa de la Revolución) y el Delegado del Poder Popular.