Durante esta época del año en la que el calor es sofocante en todas partes del país, precisa el hermano José Díaz Silva, actualmente preso en la cárcel “Valle Grande”, que al no contar con ningún medio de ventilación han tenido que recurrir a la inventiva, tomando como un tipo de abanico un pomo plástico grande, picado a la mitad y estirado, de manera tal que les provea algo de aire. Su protesta se expande a los demás reclusos que se encuentran muy molestos y dicen ser tratados no como seres humanos, sino como animales, hacinados y desatendidos totalmente por los responsables del lugar.
La familia de José Díaz Silva a la salida de la prisión Valle Grande.
El pomo partido a la mitad que usan como abanico
Ciudad de La Habana, 31 de agosto de 2009.