María de la Cruz Martín Concepción (61) vecina de calle Tercera y Circunvalación No.26 Reparto Brisas del Oeste, Santa Clara, Villa Clara, nos narra la precaria situación en que sobrevive o subsiste debido al mal trabajo que realiza Asistencia Social.
“Hace catorce años que estoy residiendo en este barrio, pero quiero comunicar que por treinta y ocho años me he desempeñado como ejecutivo del Comité de Defensa de la Revolución en los diferentes lugares que he vivido, y llevo diez años de secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas en mí barrio. Me siento revolucionaria pero desgraciadamente suceden situaciones que dan coraje y estoy aburrida de que no se me escuche. Miren esta casa, ya no recuerdo la ultima ocasión en que me manifestaron:
¡Tienes el número tres para la vivienda!, ¿Qué tiempo llevará esperando la persona que tiene el uno? Este rancho en cualquier momento me cae encima”.
“Tengo tres hijos un varón y dos hembras, él vive y trabaja en el campo, tiene un niño ciego de un ojo y con cierto retraso mental. Una hembra trabaja, tiene dos hijos y su esposo tiene problemas de epilepsia y también en una rodilla, la que le han operado en más de una ocasión, pero no está bien.Y mí otra hija vive en condiciones similares a las mías y tiene su único hijo preso. No soy casada de forma legal, y llevo más de diez años separada del padre de mis hijos, pero estamos conviviendo en la misma casa pues carecemos de recursos para independizarnos”.
“Fue por estas y otras más razones que Asistencia Social accedió a darme una ayuda, la que consiste en un estipendio -por medio de una chequera- por el valor de ciento cincuenta y tres pesos para mis gastos -otra chequera por el valor de cuarenta y cinco pesos- para pagar almuerzo y comida en un comedor publico. Puede que en otro país no haya una oferta tan generosa para los asistenciados, pero lo que difiere de ésta es la calidad y cantidad, como es el caso del comedor público: la carne de cerdo la ofrecen dos o tres ocasiones al año, el pollo unas cuatro veces al mes, la mortadela un poquito mas frecuente, el picadillo de soya es por etapas, lo mas frecuente en el menú es el huevo casi siempre hervido y en muy pocas ocasiones revuelto, además de la proteína vegetal y la natilla. El menú está mal elaborado, una calidad pésima. Sin contar que la proteína vegetal, es para los que no la conocen, algo similar a un pienso fabricado para animales con alto contenido de soya, es indigerible”.
“Por otra parte el estipendio para mis gastos me ayuda, pero es insuficiente. ¿Qué son ciento cincuenta y tres pesos para una anciana con lo cara que está la subsistencia en Cuba? Soy una mujer con problemas de hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, neuropatía, diabetes y para estos padecimientos me ofertan los medicamentos gratis por el tarjetón1, pero cualquier otra anomalía que presente mí organismo los medicamentos se pagan con efectivo”.
Santa Clara, 24 de agosto de 2009.
1(Se refiere a una tarjeta de racionamiento de medicinas)
“Hace catorce años que estoy residiendo en este barrio, pero quiero comunicar que por treinta y ocho años me he desempeñado como ejecutivo del Comité de Defensa de la Revolución en los diferentes lugares que he vivido, y llevo diez años de secretaria de la Federación de Mujeres Cubanas en mí barrio. Me siento revolucionaria pero desgraciadamente suceden situaciones que dan coraje y estoy aburrida de que no se me escuche. Miren esta casa, ya no recuerdo la ultima ocasión en que me manifestaron:
¡Tienes el número tres para la vivienda!, ¿Qué tiempo llevará esperando la persona que tiene el uno? Este rancho en cualquier momento me cae encima”.
“Tengo tres hijos un varón y dos hembras, él vive y trabaja en el campo, tiene un niño ciego de un ojo y con cierto retraso mental. Una hembra trabaja, tiene dos hijos y su esposo tiene problemas de epilepsia y también en una rodilla, la que le han operado en más de una ocasión, pero no está bien.Y mí otra hija vive en condiciones similares a las mías y tiene su único hijo preso. No soy casada de forma legal, y llevo más de diez años separada del padre de mis hijos, pero estamos conviviendo en la misma casa pues carecemos de recursos para independizarnos”.
“Fue por estas y otras más razones que Asistencia Social accedió a darme una ayuda, la que consiste en un estipendio -por medio de una chequera- por el valor de ciento cincuenta y tres pesos para mis gastos -otra chequera por el valor de cuarenta y cinco pesos- para pagar almuerzo y comida en un comedor publico. Puede que en otro país no haya una oferta tan generosa para los asistenciados, pero lo que difiere de ésta es la calidad y cantidad, como es el caso del comedor público: la carne de cerdo la ofrecen dos o tres ocasiones al año, el pollo unas cuatro veces al mes, la mortadela un poquito mas frecuente, el picadillo de soya es por etapas, lo mas frecuente en el menú es el huevo casi siempre hervido y en muy pocas ocasiones revuelto, además de la proteína vegetal y la natilla. El menú está mal elaborado, una calidad pésima. Sin contar que la proteína vegetal, es para los que no la conocen, algo similar a un pienso fabricado para animales con alto contenido de soya, es indigerible”.
“Por otra parte el estipendio para mis gastos me ayuda, pero es insuficiente. ¿Qué son ciento cincuenta y tres pesos para una anciana con lo cara que está la subsistencia en Cuba? Soy una mujer con problemas de hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca, neuropatía, diabetes y para estos padecimientos me ofertan los medicamentos gratis por el tarjetón1, pero cualquier otra anomalía que presente mí organismo los medicamentos se pagan con efectivo”.
Santa Clara, 24 de agosto de 2009.
1(Se refiere a una tarjeta de racionamiento de medicinas)
Esta es María de la Cruz Martín Concepción, y el interior de su casa
Una muestra de lo que le suministran de comida diariamente