Se suponía que la modificación migratoria de EEUU fuera como un cubo de agua sobre las ideas migratorias de los cubanos
Lunes, enero 23, 2017 | Martha Beatriz Roque Cabello
LA HABANA, Cuba.- El caudal expresivo del cubano añadió al diccionario de la lengua española una nueva acepción a la palabra “balsero”: “En el Caribe, persona que intenta llegar en balsa ilegalmente a otro país”. Y es que ese es el sustantivo que se usa para referirse a los que tratan de alcanzar las costas de Estados Unidos, cruzando en precarias embarcaciones el Estrecho de la Florida en busca de mejores condiciones de vida, a pesar de lo riesgoso de la aventura y de conocerse que miles de personas han perdido la vida en esa acción.
La práctica jurisprudencial –recién suspendida por Barack Obama- denominada “pies secos, pies mojados”, permitía que se concediera asilo a los cubanos que arribaran a territorio de Estados Unidos de América.
Entre los balseros más conocidos está quien fuera el niño Elián González, cuya madre murió en la travesía, y su estancia en Florida se convirtió en un punto de tensión con el régimen cubano. Pero es posible que el incidente más singular -aunque fracasado- haya ocurrido en el año 2003, cuando 12 personas utilizando un camión del siglo pasado (convertido en un vehículo anfibio), trataron de llegar al litoral del Estado de la Florida, pero para su infortunio fueron avisados por la guardia costera americana y devueltos a Cuba.
Dado estos hechos y la cantidad de personas que son devueltas al país, se suponía que la reacción a la eliminación de la política fuera como un cubo de agua sobre las ideas migratorias de los cubanos; pero una pequeña toma de reacciones dice lo contrario.
Un grupo de jóvenes en el municipio Centro Habana, de esos muchos que andan por las esquinas sin tener nada que hacer, dijo que no les importaba, que también los mejicanos, los dominicanos y otros iban para “la yuma” y vivían indocumentados, lo que había que ponerse de suerte y que no lo cogiera la “navy”.
La empleada de una tienda del barrio de Miramar, de las conocidas como “shoppings” expresó que allí dos de ellas tenían visas para Colombia y que –en particular- pensaba viajar por Surinam, aunque ya lo había tratado por Guyana y no le había salido bien.
Un matrimonio vecino del barrio en que vivo está haciendo gestiones para salir por Panamá; y sin tener conocimiento de cómo se aplica lo establecido en Estados Unidos, dijeron que se acogerían a la Ley de Ajuste cubano.
Puede decirse que, de forma general, la efervescencia de la salida del país para buscar nuevos horizontes no se ha terminado.
Habría que explicar incluso la idea de uno de los opositores internos, Juan Carlos Linares, que distribuyó un documento en el que se detalla una propuesta para la formación de un Club de Amistad Cuba-USA, en el que los socios de esta organización aspiran a que en un futuro Estados Unidos provea al pueblo de Cuba del derecho de libre visado, para que los cubanos puedan viajar a territorio americano y regresar a Cuba con absoluta libertad de movimiento.
La propuesta consiste en adecuar la categoría de visa de trabajo para extranjeros, para que los cubanos que soliciten trabajar allá puedan hacerlo de manera expedita, durante un término no menor de un año, sin que por ello tengan derecho a lograr residencia en su primer visado, pero sí en una segunda o tercera oportunidad. Además, se plantea no transformar la Ley de Ajuste Cubano en su esencia benefactora.
Varados en algunos países, se encuentran opositores de algunas organizaciones, que fueron denegados en su solicitud de refugio político en la Embajada de los Estados Unidos de América en Cuba, la mayoría por falta de evidencias y salieron por diferentes vías hacia el exterior.
No hay dudas que la carencia de legalidad existente en Cuba, hace que las personas piensen que los americanos funcionan igual y algunos creen que podrán sobrevivir, sin permiso de trabajo e incluso sin documentos. Otros encuentran fácil el hecho de decir que se acogen a la Ley de Ajuste, sin pensar siquiera como probarán que son perseguidos políticos.
En fin, dentro de la isla se mantiene el movimiento migratorio a pesar de la suspensión por parte del expresidente Obama de la directiva de “pies secos, pies mojados” y de que comiencen a aparecer los primeros deportados.