Auditorías van y auditorías vienen, pero continúan los desfalcos empresariales millonarios
Lunes, febrero 6, 2017 | Martha Beatriz Roque CabelloLA HABANA, Cuba.- Se hicieron públicos los resultados a la XI Comprobación Nacional del Control Interno; aunque para reflejar lo que está pasando en esa materia, se debería decir del “Descontrol Interno”. Cada vez que termina un período de trabajo la Contraloría General de la República da a conocer los saldos, pero siempre son más deficientes que los anteriores. Es como una medicina preventiva que no funciona en los pacientes.
En el discurso de clausura de la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Raúl Castro señaló la inestabilidad de los cuadros (dirigentes) como uno de los factores que inciden de manera negativa en el ensayo que se lleva a cabo en las provincias de Mayabeque y Artemisa.
Pero ese es el hilo conductor al problema del descontrol. Hay que recordar que para ser “cuadro de dirección”, primero que todo hay que ser “revolucionario”, y bien se sabe la inmoralidad que existe en la sociedad con respecto a este desgastado término. Muchos quieren hacer ver que apoyan el régimen, por el solo hecho de mantenerse —dentro de las pocas posibilidades de vivir algo mejor— que tienen los que agachan la cabeza.
Cuando llega un nuevo “jefe” al poder, a cualquier nivel, primero que todo busca satisfacer sus necesidades personales; en particular las de vivienda, así que comienza por construirse una, o remodelar la que tiene, y como si eso fuera poco, hemos constatado en ocasiones dirigentes municipales que le hacen una casa a la madre, a la exesposa que cuida de sus hijos y —¿por qué no?— a la novia o la amante. Para ello disponen de todos los bienes en el nivel que están dirigiendo.
La corrupción se hace mayor con el desvío de recursos, en particular los carros estatales para solucionar los problemas personales y de la familia; producciones alimenticias, tanto agropecuarias como industriales que se llevan a sus casas como parte de una “cuota extra” de la libreta de abastecimientos; bebidas alcohólicas y otras muchas cosas más. Amén de lo que les “dejan caer” los “chicharrones” (aduladores) que tienen debajo, que siempre que pueden dicen: “Esto es para el jefe”.
Si después que este “súper cuadro” resolvió todas sus necesidades —aunque son crecientes, según dice la propia filosofía—, lo quitan y lo rebotan —algunas veces para abajo, pero otras para arriba—, el que viene detrás vuelve a comenzar el ciclo de resolver sus problemas y la acumulación de los desvíos se hace interminable.
Según la contralora jefa de la capital, Miriam Marbán González, la pérdida de unos 1 377,5 millones de pesos llevado todo a moneda nacional, evidencia el poco avance del cumplimiento de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Traducido al idioma del pueblo quiere decir que los “cuadros” se han excretado en los Lineamientos.
La señora Marbán hizo referencia a la falta de fiabilidad en la documentación primaria y a la inexistencia de la misma en algunos lugares lo que implicó dejar de revisar ciertos objetivos en 13 entidades. Habría que recordarle a este personaje que el que roba no deja rastros y si va a dejar de cumplir con lo establecido: ¿para qué quiere un papelito?
Al igual que dicen en todas las conclusiones sobre inspecciones y comprobaciones, detectaron que en el Sistema Empresarial existen insuficiencias e indisciplinas por parte de los jefes, cuando hacen uso de las pocas facultades de descentralización que en estos momentos tienen. También se tomaron el trabajo de repetir algo que todo el mundo sabe: “existe ineficiencia en la gestión”; eso es algo que sufre todo el pueblo, porque afecta a la sociedad en general.
Lo que no explican los que hacen esta labor es qué medidas se toman para poder solucionar los problemas que se detectan y que se repiten una y otra vez, doquiera que se hagan estas auditorías, y que al parecer no tienen salida; tampoco con los Lineamientos, que no evolucionan hacia un camino de eficiencia perdido en tanta superficialidad económica, basada en un control estatal que se les va de las manos, porque tienen mucho que vigilar.
Después que la contralora general de la República, Gladys Bejerano Portela, dijera que también las cooperativas no agropecuarias fueron objeto de esta comprobación; la primera secretaria del Partido Comunista de Cuba en la Ciudad de La Habana, Mercedes López Acea, señaló que tanto el sector estatal como el no estatal deben ser comprobados y controlados. Ambas no tomaron en cuenta que las Cooperativas No Agropecuarias son anticonstitucionales y que, para hacer pasar esto por alto, el régimen plantea que se encuentran en fase experimental.
Habría que preguntarse por qué se hace necesario auditar al sector no estatal (entiéndase privado, palabra esta última que no quieren usar) si las dependencias estatales, en su gran mayoría, tienen un gran descontrol de los recursos y, como ellos mismos explicaron, ni siquiera son capaces de contabilizar un documento.
Después de semejante información pública, ¿quién puede creer en cualquier cifra que emita el régimen?