Mi vecino Julio Pérez Herrera me comenta su mísera existencia, vive en Calle 5ta. Entre D y Final, La Gomera, Santa Clara, Villa Clara: “Actualmente trabajo como custodio en la Empresa Constructora ECOI 1, que se dedica al movimiento de tierra, con un salario de 410 pesos moneda nacional, (unos 16,40 cuc). Este trabajo me da cobertura de tiempo, laboro 24 horas seguidas y descanso 72. En el tiempo libre me dedico a realizar cualquier labor que me dé cobertura económica”.
“Mi situación Alberto, no puede ser peor, tengo que mantener una familia compuesta por mi esposa, mi hija -que actualmente tiene a su marido en prisión- y mi pequeña nieta.
Lo que gano en mi trabajo más lo que invento en la calle no alcanza para suplir los gastos de una casa.
Hoy observo con soberbia como viven los actuales internacionalistas, médicos y otros trabajadores de la salud, personal dedicado a la enseñanza, constructores militares y otros. Cuando regresan después de haber cumplido su misión internacionalista, vienen con la sonrisa en los labios, sus bolsillos llenos de cuc (Peso cubano convertible) y el equipaje repleto de ropas y otros objetos, que el cubano como yo, no puede tener. Yo también arriesgué mi vida por salvar del capitalismo cruel al hermano pueblo de Angola, en el año 1983 con solo 26 años marché a esta nación para defender a este pueblo de las pretensiones expansionistas de Pretoria y de la contrarrevolución interna, protagonizada por la UNITA.
Estuve destacado en Huambo, Kalá, Menonque, Lobito y Mosamede. Todos estos lugares en el sur de Angola. Me enfrenté al enemigo en incontables ocasiones, viendo morir y caer heridos a muchos infortunados compañeros. Se me enfrió el alma al ver tanta sangre regresé a Cuba en 1985 con otra mentalidad, no se aparta de mi mente las calamidades que vi, brazos y piernas desprendidos por minas y otros efectos explosivos ¡Cuánto horror, cuánta muerte! Quien ve estas cosas, no se horroriza al ver la más vil película de horror. Ahora establezco una diferencia entre los actuales internacionalistas y los que como yo, también fuimos internacionalistas. Los de ahora desean serlo y hasta hacen cualquier cosa por ser elegidos. Los de antes no desean sufrir lo insufrible, hoy vivo en una casa de madera en pésimo estado. Apenas puedo mantener mi familia, no tengo ropa presentable para poder efectuar una salida recreativa, tampoco mi esposa y nieta. Estoy seguro que las personas del Tercer Mundo que veo en la televisión, no viven peor que yo.”
“Hoy me he entregado a la bebida. Cuando estoy en estado de embriaguez logro borrar de mi mente los horrores vividos. También se minimizan las insufribles penurias actuales. No soy un alcohólico antes de mis 26 años no ingería bebidas alcohólicas. Ahora necesito olvidar no estar presente en este terrible presente. Si hoy pudiera, fuera sin dudas un internacionalista actual, pero sé que no sería elegido, así podría resolver mis problemas de vivienda y alimentación familiar”.
“Pertenezco a la Asociación de Combatientes y no he recibido de ésta ni tan siquiera un saco de cemento ni ayuda alguna. Alberto si en 1983 hubiese tenido visión futurista, sin dudas lo que estoy contando se convertiría en otra historia”.
Sucesos narrados por el comunicador comunitario Alberto Reyes Morales