lunes, 18 de enero de 2010

4 fallecidos en el Asilo de Ancianos de Santa Clara

Dentro de este contexto, está la salud pública, que recientemente tuvo una explosión que obligó a la gerontocracia a dar información oficial a la población: la muerte de 26 enfermos del Hospital Psiquiátrico de La Habana.

Aunque fue totalmente ambigua la redacción de lo notificado por Salud Pública, explicando que los hechos además de a las temperaturas de 3.6 grados centígrados, se culpa a factores de riesgo propios de los pacientes con enfermedades psiquiátricas. Pero no se explica cuáles son estos factores, como por ejemplo la mala alimentación, la falta de abrigos, la escasez de ropa conveniente para cobijarse durante el sueño y la poca atención de los ingresados.

Como siempre la culpa recaerá en alguien, que no se sabrá nunca, porque el gobierno acostumbra a decir que se investigará, que se tomarán medidas, etc., etc., pero no hay segundas partes de algo tan tétrico, por aquello de que “recordar es volver a vivir”.

Sin embargo si es cierto que los principales responsables de estos hechos, serán sometidos a los Tribunales correspondientes, deben comenzar por defenestrar al Ministro de Salud Pública y después solicitar la renuncia del resto del gobierno que es incapaz de llevar a cabo su tan manipulada política de justicia social. Han tenido 50 años para resolver los problemas del país y lo que han hecho, sencillamente, es incrementarlos, logrando destruir una nación que estaba en pleno ascenso, y lo que es peor, la ha dividido.

Este suceso del Hospital Psiquiátrico de La Habana, se hizo público por la repercusión que tuvo en la población de Ciudad de La Habana, sin embargo hay otros en el resto del país, algunos de ellos confirmados por opositores, como 4 fallecidos en el Asilo de Ancianos de Santa Clara, que no se ha divulgado y se puede asegurar que no se dará la noticia, ya que esto traería como consecuencias un fulminante desprestigio internacional a la ya marchita salud pública del país.

Por Marta Beatriz Roque

Ciudad de La Habana, 18 de enero de 2010.