Agustín Figueroa Galindo
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Los juguetes y los juegos son sinónimos de recreo, diversión, alborozo, esparcimiento, para el niño significa crear sus propias fantasías y poder descubrir cosas yconocerse a sí mismo y a los demás, es por eso que favorecen la enculturación.
Después de la toma del poder en 1959, el régimen satanizó fechas como: Semana Santa, Navidad, Santa Claus y los Reyes Magos, por considerarlas rezagos del capitalismo; lo que trajo como consecuencia que se rompieran estas tradiciones, que llenaban la época de belleza e inocencia, cuando los niños escribían cartas, dejaban hierba para los camellos, en fin, esperaban con júbilo los juguetes que les traerían los Reyes.
Para sustituir esto, se creó “El Día de los Niños”, a celebrarse alrededor de la fecha del Asalto al Cuartel Moncada, de esta forma a mitad del año cuando estaban en vacaciones, había un día para hacerles llegar juguetes.
Se conformó el método de venderlos a través de la libreta de racionamiento de productos industriales, que existía en aquella época, paralela a la de productos alimenticios. Cada niño tenía derecho a un juguete básico y dos adicionales. Era el propio Ministerio de Comercio Interior el que clasificaba los juguetes. No obstante, se hacía muy difícil obtener uno de tipo básico, porque en esta categoría entraban las bicicletas, las muñecas, las carriolas, etc., que se terminaban muy rápido en las tiendas.
Algunos padres para asegurarse de poder adquirir un buen juguete para sus hijos, compraban los turnos en la bolsa negra, ya que las colas en las tiendas expendedoras se hacían interminables. Un Ministro del ramo, se le ocurrió en una ocasión dar los turnos por teléfono, lo que ocasionó grandes trastornos, solo se hizo una vez y el hombre quedó bautizado como: “Serafín Rin Rin”.
Cuando terminó el suministro del campo socialista, en el año 1991, también se puso fin a la venta de los tres juguetes, porque la situación económica del país empeoró.Ahora, 26 años después, la Asamblea Nacional del Poder Popular analiza la situación de la producción, distribución y comercialización de juguetes para los niños, de los cuales al menos 3 generaciones han pasado sin conocer lo que es un juguete industrial, es como si se declararan los nuevos Reyes Magos.
Las tiendas en las que se venden productos en divisas, ofertan juguetes, pero a precios descomunales para el cubano de a pie; aquí solo pueden comprar personas que tengan acceso a grandes cantidades de moneda libremente convertible (CUC), porque ningún trabajador promedio podrá adquirir -ni siquiera- el que tenga el precio más barato.
En el Reparto La Fortuna, en el Municipio Boyeros de esta capital, donde resido; con una población muy pobre, los niños del barrio están casi siempre sin zapatos, cuando mucho unas chancletas de goma y ropa que son casi harapos, han ingeniado sus propios juguetes, construidos con cualquier cosa, para así permitirse un rato de esparcimiento durante el verano en que se encuentran en vacaciones escolares.
En algunos casos, jugar con ellos representa un peligro potencial para la vida, porque lo hacen hasta en el medio de la calle. Ese es el caso de niños que se deslizan por una pequeña loma, metidos dentro de una caja plástica, como si fuera un auto o una moto.
El pueblo de Cuba ha sufrido lamentables consecuencias por parte de la dictadura, pero el caso de los niños es el más triste, que ya a los 7 años, edad en que necesitan calcio para los dientes, no se les da la posibilidad de tomar leche; pero desde que nacen no tienen con qué jugar.
La Habana, 24 de julio de 2017