Irónico que a pesar de su precaria y miserable situación al encontrarse detenidos y prisioneros en esta residencia en el Nuevo Vedado en la Ciudad de la Habana, aplaudan con hambre, aplaudan con tristeza, aplaudan con todas las limitaciones, aplaudan con la burla de seguidores de Castro, aplaudan con la miseria de su encierro, aplaudan al yo, Miriam García Chávez, decirles que escribiría este artículo basado en nuestra llamada telefónica, y que lo llamaría la Casa de la Libertad.
Se siente una gran impotencia y dolor al ver que nuestros hermanos estén pasando por estos momentos. Se siente una solidaridad profunda por su fortaleza, espiritualmente estamos juntos. La única arma que nos queda es la palabra, es lo único que nos queda.
Por esto es que continuaremos denunciando las atrocidades de los hermanos Castro, ese gobierno nefasto y devastador. Nuestra palabra es lo único que queda para denunciar la falta de libertad, la violación a los derechos humanos que es pan diario en Cuba.
Estas palabras tienen que llegar a los oídos del mundo y sobre todo de los mandatarios mundiales. Sr. Obama, dirija sus ojos a nuestra isla, dirija sus ojos y vea que en toda la isla en este momento sólo hay una casa con libertad. Nos estamos muriendo, Sr. Obama, el mundo nos ve, y no hace nada.
A nuestros congresistas cubanos Iliana Ross Letinen, Lincon Díaz Balart, Mario Díaz Balart, y Bosch Menéndez, les pedimos que en este momento alcen su voz, usen sus puestos privilegiados para que intercedan porque el Gobierno cubano ha dicho que no, estos individuos no están sitiados cuando esto es una vil mentira; ellos están encerrados en su residencia y amenazados.
Los residentes prisioneros están dando un grito de auxilio y pidiendo que por favor hagan algo con ellos, que los ayuden, que necesitan un poco de compasión. Martha Beatriz Roque Cabello, su voz aun retumba en mi cabeza: “Miriam, por favor, ayúdanos, busca a los congresistas que nos ayuden, ayuda. Necesitamos que nos ayuden, busca ayuda porque este gobierno está mintiendo, estamos detenidos, presos estamos.”
Como acallar el grito de auxilio de Beatriz… Beatriz y Vladimiro, quienes fueron dos de los autores del documento histórico La Patria es de Todos, por el cual fueron condenados por el régimen fascista de Cuba a cuatro años de privación de la libertad.
Como negar una ayuda a estos individuos que han hecho más que dar la vida por defender la libertad de Cuba. Responsabilizamos al Gobierno nefasto de los hermanos Castro por la vida de tan dignos opositores cubanos en reclamo a 50 años de injusticias y violaciones de los derechos humanos de todo un pueblo. Ya basta que la OEA siga sorda, ciega y muda.
El exilio está enviando cartas de solidaridad, haciendo llamamientos, apoyándolos, hay un enlace de llamadas através del Internet, con una red de ayuda para hacer llegar al mundo la situación que están pasando nuestros hermanos cubanos. Nosotros, el exilio, estamos atentos a todo lo que les está sucediendo y estamos unidos, tratando de abrirle los ojos al mundo en cuanto a estas violaciones que se cometen por tener una ideología política distinta.
Nuestros compañeros se contentaron cuando les dije que nosotros no los olvidamos, que estábamos pendientes de lo que está pasando, que íbamos a luchar, y alzar nuestra voz para defenderlos desde acá, para asegurarnos de que no les pase nada. Martha Beatriz me dijo por teléfono: “Tus palabras me dan fuerza, Miriam”.
Es una tristeza enorme que el Gobierno obligue a estudiantes a venir frente a su residencia a que se bajen los pantalones y les muestren el trasero a los detenidos en esta residencia, en esta casa de la libertad. Esa es la educación que están recibiendo estos jóvenes cubanos: aprender a burlarse de aquellos que tienen ideologías políticas distintas a las de ellos, jóvenes cuyos cerebros son lavado por ideas fascistas, nefastas, anti humanas.
Esta no es la Cuba que queremos, estos no son los valores humanos que queremos inculcar. Debemos avanzar como humanidad, debemos respetar la libertad, debemos hablar, debemos luchar. No sea uno más de esos que le da la espalda a la inhumanidad y las violaciones de los derechos más básicos de los seres humanos.
No se quede con las manos cruzadas y si la única arma que usted tiene es hablar, hable, grite, pregone, denuncie, que estos hermanos en esta casa de la libertad perderán sus voces luchando en una tierra que no los respeta, ni los valora, perderán sus voces porque allá nadie los escucha, pero usted si puede ser escuchado, apoyemos a los que no tienen voz en Cuba.
Mi cuerpo está aquí en California, pero hoy mi alma se ha quedado junto a mis hermanos en esa casa de la libertad.
¡Adelante Cubanos, unidos por la libertad!