martes, 10 de agosto de 2010

Víctima de coacción y chantaje

El señor Hermógenes Guerrero Gómez, ha sido víctima de coacción y chantaje. El oficial “Máximo”, coronel de la Policía Política, le ha dado plazo hasta el mes de Julio, para que cesen las actividades en defensa de los derechos humanos que el  opositor realiza en su casa, de lo contrario, será desalojada su familia, y él, llevado a prisión. La respuesta del señor Hermógenes ha sido clara y contundente.

“Mi nombre es Hermógenes Guerrero Gómez, soy activista de derechos humanos, formo parte del ejecutivo del movimiento ecológico Natur-Paz donde ocupo el cargo de vicepresidete. Vivo en Avenida Güinera, entre Lindero y San Agustín, Reparto Rosario, Arroyo Naranjo, Ciudad de la Habana, Cuba”.

“Quiero denunciar las injusticias y amenazas que cometió contra mi persona, el coronel “Máximo”, jefe, -según sus palabras- de la sección 21 de la Seguridad del Estado”.

“Este 13 de Julio en horas de la madrugada, me llevaron desde mi casa secuestrado para la estación de la PNR de Aguilera, en el Reparto Lawton, allí este oficial me mostró en una computadora, todas las fotos de las actividades donde he participado defendiendo los derechos de los cubanos. Estaba presente una fiscal del Tribunal Supremo, quien trató de intimidarme diciendo, que estaba violando la Constitución vigente y el Código Penal, y que con las pruebas presentadas por la Seguridad del Estado podía ser llevado a prisión por muchos años”.

 “El coronel “Máximo”, me mostró un documento donde estaba escrita la firma de Raúl Castro, con la orden de “decomisarme la vivienda si continúo con el circulo de estudio que imparto todos los jueves en mi casa”. “Soy un padre de familia que solo reclama libertad y democracia para mi país, mis dos niñas pequeñas, se quedarían sin casa por decreto del dictador Raúl Castro, si no cumplo con el chantaje impuesto por el coronel “Máximo”, seré un desalojado cómo en los tiempos del colonialismo, y prisionero cómo en tiempos del fascismo”. 

“Hago responsable al gobierno de los Castro, de lo que me pueda suceder a mí y a mí familia, ya que el Coronel “Máximo” me dijo que tuviera cuidado con los negociantes porque me podían dar una puñalada, porque según él, les estoy fastidiando el negocio; soy un hombre querido y respetado en mi barrio, los que hacen negocios para sobrevivir, son solidarios conmigo y con mi causa, si soy agredido físicamente, la mano asesina será la de la policía política bajo la orden del gobierno Castrista”.

“Declaro desde la altura de mi dignidad cómo cubano, que estaré esperando con toda la moral de mis ideas al coronel Máximo y a todos los que  vengan con él, la cobardía y bajeza que han demostrado, no pueden merecer otra respuesta. Continuaré como cada jueves enseñando a los cubanos, si esto es algo que no entiende el dictador Raúl Castro, lo invito a mi clase para que aprenda un poco sobre derechos humanos, y respeto a la libertad de expresión”.


Ciudad de La Habana, 9 de agosto de 2010. 



Sucesos narrados por el comunicador comunitario Eriberto Liranza Romero