El señor Hermógenes  Guerrero Gómez, ha sido víctima de coacción y chantaje. El oficial  “Máximo”, coronel de la Policía Política, le ha dado plazo hasta  el mes de Julio, para que cesen las actividades en defensa de los derechos  humanos que el  opositor realiza en su casa, de lo contrario, será  desalojada su familia, y él, llevado a prisión.  La respuesta del  señor Hermógenes ha sido clara y contundente.
“Mi nombre es Hermógenes  Guerrero Gómez, soy activista de derechos humanos, formo parte del  ejecutivo del movimiento ecológico Natur-Paz donde ocupo el cargo de  vicepresidete. Vivo en Avenida Güinera, entre Lindero y San Agustín,  Reparto Rosario, Arroyo Naranjo, Ciudad de la Habana, Cuba”.
“Quiero denunciar  las injusticias y amenazas que cometió contra mi persona, el coronel  “Máximo”, jefe, -según sus palabras- de la sección 21 de la Seguridad  del Estado”.
“Este 13 de Julio  en horas de la madrugada, me llevaron desde mi casa secuestrado para  la estación de la PNR de Aguilera, en el Reparto Lawton, allí este  oficial me mostró en una computadora, todas las fotos de las actividades  donde he participado defendiendo los derechos de los cubanos. Estaba  presente una fiscal del Tribunal Supremo, quien trató de intimidarme  diciendo, que estaba violando la Constitución vigente y el Código  Penal, y que con las pruebas presentadas por la Seguridad del Estado  podía ser llevado a prisión por muchos años”.

 “El coronel  “Máximo”, me mostró un documento donde estaba escrita la firma  de Raúl Castro, con la orden de “decomisarme la vivienda si continúo  con el circulo de estudio que imparto todos los jueves en mi casa”.  “Soy un padre de familia que solo reclama libertad y democracia para  mi país, mis dos niñas pequeñas, se quedarían sin casa por decreto  del dictador Raúl Castro, si no cumplo con el chantaje impuesto por  el coronel “Máximo”, seré un desalojado cómo en los tiempos del  colonialismo, y prisionero cómo en tiempos del fascismo”. 
“Hago responsable  al gobierno de los Castro, de lo que me pueda suceder a mí y a mí  familia, ya que el Coronel “Máximo” me dijo que tuviera cuidado  con los negociantes porque me podían dar una puñalada, porque según  él, les estoy fastidiando el negocio; soy un hombre querido y respetado  en mi barrio, los que hacen negocios para sobrevivir, son solidarios  conmigo y con mi causa, si soy agredido físicamente, la mano asesina  será la de la policía política bajo la orden del gobierno Castrista”.
“Declaro desde la  altura de mi dignidad cómo cubano, que estaré esperando con toda la  moral de mis ideas al coronel Máximo y a todos los que  vengan  con él, la cobardía y bajeza que han demostrado, no pueden merecer  otra respuesta. Continuaré como cada jueves enseñando a los cubanos,  si esto es algo que no entiende el dictador Raúl Castro, lo invito  a mi clase para que aprenda un poco sobre derechos humanos, y respeto  a la libertad de expresión”.
Ciudad de La Habana, 9 de agosto de  2010. 
Sucesos narrados por el comunicador comunitario Eriberto Liranza Romero