Buenaventura Verdecia Mazquiarán, de 33 años de edad, vecino de Quintín Banderas # 330 e/ Girona y Rabena, Manzanillo, Granma, me comunica lo siguiente:
“Al nacer, mi pobre madre me puso por nombre Buenaventura, creyó que los santos me iban a bendecir de por vida y así me llamó. Pero tengo 33 años y los mismos de miseria sostenida; padezco la enfermedad de cuadriplejia y un par de tornillitos en la cervical. Ahora soy una más de las tantas víctimas del paraíso comunista. Inválido y sostenido por un bastón, muy delgado como Rocinante deambulo por el mercado la Kaba y por lugares donde me inspire en busca de algo para comer. No tengo efectivo para comprar mis medicinas, pagar la electricidad, el agua; me sostiene una comida al día, cocinada con leña. Soy ejemplo típico de pobreza y desamparo. (¡No vayan a mi casa!) Mi situación se torna crítica al extremo con el próximo despido de un millón y medio de cubanos de sus trabajos que hará una economía modelo desalineada al estilo cubano: única de su tipo en el Orbe ¡…! ¡Me retiraron la chequera de Bienestar Social multiplicando al máximo mis miserias y desventuras…! El gobierno cubano dice ayudar al mundo y le quita al pueblo y a sus minusválidos las promesas de tribunas ¿Hasta cuándo tantas mentiras?”
Manzanillo, Granma, 3 de marzo de 2011.