La peor muestra de lavado de cerebro desde edades tempranas ha llegado a la televisión nacional
LA HABANA, Cuba.- Después de más de 58 años tratando de inculcar al pueblo de Cuba las ideas totalitarias, al parecer la sociedad y el régimen han llegado a un acuerdo: las personas hacen como que se adoctrinan y la dictadura queda como que satisfecha. Uno de los medios más usados para “instruir” al público es la televisión; es por ello que un porciento muy alto de los que pueden verla no lo hacen y acuden a diferentes variantes, ya sea la antena con los canales de Miami, a la que llaman “Canal Educativo 3” (en Cuba hay dos Canales Educativos estatales); el “paquete semanal”, con una variedad (ahora controlada) de programas de televisión, la mayoría miamenses; y los discos con películas y videos musicales que venden los cuentapropistas (en estos momentos en la lista de suspendidos).
La mayoría de los programas que transmite la televisión cubana no tiene audiencia porque están muy politizados. Un ejemplo reciente es que en los días alrededor del 13 de agosto, fecha en que hubiera cumplido 91 años “La Piedra” ―apodo con el que el pueblo ha rebautizado a Fidel Castro―, todas las transmisiones tenían un momento para recordar su onomástico, algo que se convirtió en abrumador. Imposible encender el equipo de televisión y no ver la cara del “Comandante en Jefe”.
El colmo de los ridículos es que le cantaran “cumpleaños feliz”, incluso hasta en el acostumbrado “acto de repudio” que todos los domingos le hacen a las Damas de Blanco en su sede en Lawton. Ese día recordaron el aniversario del muerto y también le entonaron la famosa cancioncita. Solo faltó el cake. Esto de felicitar a un difunto en su cumpleaños parece algo oscurantista; es como si quisieran hacer pensar que aún vive.
Sin embargo, hay que decir, en honor a la verdad, que los delirantes gritos de “yo soy Fidel”, acabaron. Incluso hasta los pullovers que tenían esta inscripción no salen a la calle, ni tampoco fue tema que tocaran en la televisión en esos días. El slogan tuvo muerte súbita en los medios de difusión.
Pero con la llegada del verano se han estrenado algunos programas, en particular uno que desde su inicio llamó mucho la atención: La Colmena TV. Un programa infantil de corte de competencias, protagonizado por el grupo “La Colmenita”. Aunque su transmisión no se considera a una hora adecuada, pues sale al aire los viernes a las 8 y 30 de la noche.
La familia Cremata es la que tiene a su cargo la dirección del grupo “La Colmenita”. En particular su conductor principal, “Tin”, en el primer programa habló de los sentimientos martianos que querían inculcar a los niños a través de todas estas actividades y mostraron que hubo un “casting” para escoger los niños que iban a participar en el programa.
Al principio fue una presentación muy tierna de pequeños cantando, bailando y actuando, divididos en cuatro equipos que competían entre sí. Las tres primeras audiciones eran dedicadas a Martí, incluso el lema termina diciendo: “Porque tener talento es tener buen corazón”. A algunos televidentes se les desbordaba la risa, otros lloraban por la dulzura con que los diminutos artistas realizaban sus interpretaciones.
En una audición llevaron a los niños a un parque y, para el asombro de todos, venía hacia ellos, cabalgando en un caballo “El Apóstol”. Un artista caracterizando a José Martí que compartió con ellos y tuvieron la oportunidad de expresar su sorpresa cuando lo vieron. Fue un bonito momento de recordación histórica
Ya a partir del cuarto programa todo cambió. Llevaron a los niños a Expocuba para que vieran una exposición fotográfica de “Fidel y la Colmenita”; claro, como es bien sabido, todo lo que tiene éxito en Cuba lo inventó el desaparecido “Comandante”. Explicó Cremata a los niños que ―las abejitas de aquella época― habían estado, incluso, en el despacho del personaje.
A partir de esa transmisión dominical, vinieron otras que terminaron con la visita de los niños al Cementerio de Santa Ifigenia, para conversar con “La Piedra” y con otros mártires enterrados en ese lugar. En particular una pequeña de unos 6 o 7 años de edad, le leyó una carta a Frank País en la que le decía que ella no sabía quién era, pero quería ser pianista igual que él. Este programa se desarrolló en Santiago de Cuba, en una locación en la que se veía el Cuartel Moncada detrás.
Todo parece indicar que “Tin”, como director del programa, no pudo dejar que las abejitas solo polinizaran y tuvo que permitir que empezaran a “politizar” con ellas. Quizás a exprofeso crearon una audiencia en las primeras semanas para después ir introduciendo poco a poco el famoso “lavado de cerebro”. Es una pena que los padres de estas criaturas les permitan ser objeto de semejante adoctrinamiento, claro, sumado al que tienen en las escuelas.