lunes, 4 de septiembre de 2017

NOTA INFORMATIVA

RED CUBANA DE COMUNICADORES COMUNITARIOS


El pasado 31 de agosto fueron arrestadas Irina Caridad León Valladares y Lisandra Orraca Guerra, en 

la Finca Valle a la entrada del municipio de San Juan y Martínez, donde residen, en la provincia de 

Pinar del Río. Dos oficiales de la Seguridad del Estado en una moto -uno de ellos nombrado Orestes 

Ayala- y una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) ejecutaron la acción; alrededor de las 

11 de la mañana las bajaron del auto de alquiler en que viajaban, y tomaron un paquete que traían del 

maletero.


Fueron conducidas a la Unidad de la PNR de su localidad y allí las entrevistó el jefe, nombrado capitán 

Reinier (chapa 11524). El oficial les dijo que les estaban incautando un paquete que traían consigo, por

 órdenes superiores, ya que pensaban que podían tener una bomba o drogas.


El bulto en cuestión, había sido recibido, procedente de una ONG de Estados Unidos de América, y 

tenía dentro: 1 tubo de pasta de diente, 5 cepillos de dientes, 3 latas de conservas, 3 cajas de 

gelatina, 2 desodorantes, 5 compotas, 2 nylon de puré de papa, sazones Goya, cuadritos de sopa de 

pollo, 2 paquetes de refresco en polvo, 1 paquete de servilletas sanitarias y 6 barritas de chocolate. 


No obstante, al comprobar que no había una bomba dentro o drogas (lo que indicaría un nivel de 

ineficiencia muy grande en la Aduana del país), no quisieron devolverles el paquete, como si jugaran al 

juego infantil de “Allí fumé”, la policía decía que la Seguridad y estos últimos no daban la cara.


Las dos mujeres permanecieron por espacio de 24 horas paradas enfrente a la Unidad de la Policía, e 

iban de vez en cuando a la Carpeta, a preguntar si alguien las iba a atender, pero la respuesta siempre 

fue la misma: nadie las atenderá.

A ellas se unieron dos disidentes del FANTU (Frente Antitotalitario Unido), que dirige Guillermo Fariñas,

 ellos son: Raudel Álvarez Palacios y Juan Carlos Regalado Tabares, y después de pasar la noche allí 

en horas de la mañana, tras la última negativa decidieron viajar a La Habana, para poder ir a Villa 

Maristas o al Departamento 21 de la Seguridad del Estado para que alguien les diera una respuesta.


En horas de la tarde del día 1ro de setiembre, fueron arrestadas en la Terminal de Ómnibus de Pinar 

del Río cuando se disponían a tomar un transporte para la Habana. Primero las condujeron a la 

Unidad de la PNR de esa cabecera provincial donde les levantaron un Acta de Advertencia y les dieron 

una citación para que se presentaran el sábado 2 a las 9 de la mañana en la Unidad de la Policía de su 

pueblo, y después las trasladaron para San Juan y Martínez.


A la hora señalada estuvieron allí y la oficial de Carpeta les dijo que no había nadie que las atendiera 

porque estaba lloviendo (en el socialismo cuando llueve no se trabaja). Estuvieron esperando más de 

una hora cuando apareció un hombre vestido de civil que dijo ser oficial de la Seguridad del Estado, 

pero no quiso identificarse, porque según explicó: “No me da la gana”.


Llevaron a Irina Caridad León Valladares hacia una oficina con el antes mencionado oficial y le dijo que 

la iba a interrogar porque estaba acusada de alteración del orden público. Ella no quiso prestar 

declaración porque argumentó desconocer quién él era y el susodicho la empujó, a lo cual ella 

respondió con otro empujón hacia él. Intervino la policía para decir que eso era desacato e Irina 

contestó que no sabía que era un agente del orden público. El oficial algo indignado, le prometió –de 

una forma “muy caballerosa” para un representante de la ley”, que le iba a dar un piñazo por la boca y 

le iba a sacar los dientes; al parecer tiene algún trauma contra las mujeres, porque o su mamá o su 

esposa lo golpean. Le levantaron un Acta de Advertencia y le pusieron una multa que ella no quiso 

recibir ni firmar.


Después recogieron los carnés de identidad de ellas dos y de Dagoberto Martínez Martínez, también 

de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios y les dijeron que esperaran fuera del recinto. Allí 

tuvieron el apoyo de los dos miembros de la FANTU que habían estado con ellas el primer día y se le 

sumaron Agustín Linares Álvarez y Eliosbel Garriga Cabrera.


Tuvieron que esperar por espacio de una hora para que les devolvieran los carnés. Desde el momento 

que regresaron a la casa y hasta el día de hoy, han tenido de forma permanente vigilancia con una 

Brigada de Respuesta Rápida.

 

La Habana, 4 de setiembre de 2017