Red Cubana de Comunicadores Comunitarios
En el día de ayer 21 de abril, la comunicadora Juliet Michelena Díaz fue trasladada por segunda vez a la prisión de mujeres del Watao, conocida como “Manto Negro”. La reubicación ocurrió alrededor de las dos de la tarde, pero el transporte que la conducía se rompió en la vía pública y tardaron cerca de una hora en repararlo.
Al llegar al lugar no quisieron aceptarla alegando que no clasificaba, por lo que fue devuelta al Vivac donde se encuentra. A las 8 de la noche llamó por teléfono y explicó lo sucedido.También dijo que le habían planteado que allí no podía estar más, que iba a ser trasladada hacia la Unidad de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) de San Miguel del Padrón.
Después también de dos intentos anteriores, el esposo de Juliet logró contratar un abogado en el Bufete Colectivo de San Miguel del Padrón, su nombre Orlando Zamora Castillo.
A las 8 y 30 de la mañana del día de hoy, 22 de abril, José Antonio Sieres Ramallo, su cónyuge fue al Vivac a llevarle algún alimento, porque ella aunque no está en huelga de hambre, se niega a ingerir lo que le proporcionen en la prisión. Al llegar al lugar, un oficial que responde al nombre Adamas, le dijo que la orientación que tenía del jefe de la Unidad era que para Michelena no había más nada, ni visitas, ni teléfono, ni comida. Que fuera a ver al Instructor o a la persona que está al frente del caso (refiriéndose a la Seguridad del Estado). Un oficial que se encontraba de la parte de adentro, al que el esposo ha oído llamar por el nombre de Matos, le voceo: “Para los CR (nombre que se les da a los disidentes como señal de contrarrevolucionarios) no hay nada”.
El tiempo de 7 días establecido para que ella permanezca en el Vivac ya venció, e incluso se duplicó.
El caso de Juliet es una muestra de la inconsistencia que tienen las leyes en Cuba y de la descoordinación entre la policía política –que quiere inventarle un delito- y el sistema judicial.
La Habana, 22 de abril de 2014.