Por: Dr. Santiago Emilio Márquez Frías
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Marlén Zamora Varela es vecina de Prolongación 12 de agosto entre Primero de Mayo y Litoral, municipio de Manzanillo, provincia Granma; la anterior noticia que sobre ella se ofreció se titula: “Como una extrema pobreza”. El objetivo fue que su caso se conociera y fueran mejoradas sus condiciones de vida ya fuera con la entrega de un local o por qué no, una modesta casa, donde pueda residir decentemente junto a su familia.
Zamora Varela vive en un pequeño cuarto agrietado por todos los lados y a punto de derrumbe, ya que no le permiten repararlo ni reconstruirlo y seis personas lo habitan junto con un nuevo miembro, su nieta de cuatro meses que ahora también corre el peligro de ser sepultada bajo los escombros.
Tres camas con colchonetas rodeadas de cangrejos y ciempiés que se trasladan desde la orilla del mar hasta su pequeño cuarto y han tenido que llevar tratamiento con antihistamínicos por sus picaduras, sin servicio sanitario por lo que los papeles utilizados para sus necesidades fisiológicas los lanzan hacia el mar y tienen que criar animales para sostener a la familia.
En el año 2015, fue a visitar al primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la localidad, de nombreVladimir Rodríguez Zambrano, logró verlo en un pasillo de salida; al escuchar su triste lamento la dejó sentada en un sillón esperando a la Directora de Vivienda para atenderla y todavía la espera, pues nunca llegó.
En noviembre del año 2015 se presentó en su cuarto una inspectora que no se identificó acompañada de una delegada de circunscripción nombrada Martha Labrada, que integraban una comisión para valorar su caso y entregarle un local; pero además el Ministerio de Salud Pública debía preocuparse para realizarle una visita pues su situación era de gravedad; estando dichas personas en el interior del cuarto pasó a cinco metros un carro estremeciéndolo y las visitantes salieron de forma rápida, pues pensaron había temblado la tierra, dado el movimiento de las paredes.
Desde hace dos meses camina por los pasillos del Poder Popular para ver al Presidente y que pueda escucharla,pero le manifiestan que no está disponible, pues entre las respuestas que ha recibido están: disfruta de vacaciones, terminó una reunión y ya se retiró, está ocupado; todo lo que a ella le parece indicar que no quiere atenderla para que le pueda plantear su angustiosa situación y ver si puede resolvérsela.
El caso de Marlén es típico en Manzanillo, me atrevería a decir en todo el país, donde los dirigentes no están interesados en resolver los problemas sociales que han causado más de 50 años de desidia.
Manzanillo, 9 de julio de 2016.